Mensajes de diversas orígenes

 

domingo, 23 de junio de 2024

¡Id y Proclamad el Evangelio con Amor y Paz!

Mensaje de la Reina del Rosario a Gisella en Trevignano Romano, Italia, el 22 de junio de 2024

 

Amados hijos, gracias por responder a Mi llamada en vuestros corazones y por doblar vuestras rodillas en oración.

Hijos míos, sed fieles a Dios. ¡Nadie es más grande que Él! ¡Rezad por la Paz en el mundo! ¡Rezad por la Iglesia...! Rezad hijos, por todos aquellos que por culpa de algunos pastores, han endurecido su corazón.

Hijos míos, acercaos con devoción a la Adoración, a la Confesión y a la Eucaristía. Estad dispuestos a ayudar a vuestros hermanos confundidos, decidles que Jesús les espera en Sus Brazos de Misericordia, para darles el perdón si se arrepienten...

¡Continuad con Amor por el Camino de la Verdad y de la Fe! No retrocedas ni un momento. Mis Ángeles, ¡siempre os protegerán!

Ahora os dejo con Mi Bendición Maternal. En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... ¡Id y proclamad el Evangelio con Amor y Paz!

Breve reflexión

Con amor, la Madre de Dios nos exhorta a ser siempre fieles a Dios, pues «nadie es más grande que Él». Nos invita a rezar por la Paz, tan amenazada en el mundo de hoy y presente en tantos lugares que ni siquiera conocemos. A rezar por la Iglesia, en este momento de gran prueba, a causa de tantos pastores que han perdido la esencia de su vocación, que es la de la santidad, a causa del «endurecimiento de sus corazones», porque se han «doblegado» a las voluntades del mundo. La Virgen María nos exhorta a acercarnos al Sacramento de la Confesión y a la Eucaristía. A no olvidar nunca la presencia de Su Hijo en el Santísimo Sacramento, presente en todos los sagrarios del mundo, donde espera ser adorado. «Arrojémonos» con Amor en los brazos misericordiosos de Jesús, que está dispuesto a perdonarnos, en el momento en que nos arrepintamos de haberle ultrajado con nuestros pecados. Caminemos con confianza por el «Camino de la Verdad y de la Fe», guiados por los Ángeles que Dios ha puesto para cada uno de nosotros en nuestro camino para ayudarnos, con la esperanza de que siempre nos ayudarán. Por último, no olvidemos cada día convertirnos en auténticos testigos y verdaderos apóstoles del Evangelio.

¡Que Jesús nos bendiga!

Fuente: ➥ lareginadelrosario.org

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